Descartes y Las Meninas


El cuadro de Las Meninas, titulado originalmente como La familia de Felipe IV, se ha convertido probablemente en la obra más conocida del pintor Diego Velázquez.
Es una de las obras más analizadas y comentadas en el mundo del arte. El tema central es la infanta Margarita, aunque también aparecen otros personajes como Maria Sarmiento, un poco mas lejos se encuentra Nieto, en primer plano a Nicolaso Pertusato…

Si comenzamos analizando la obra observamos que el pintor fija en su mirada un punto invisible, pero que nosotros los espectadores, nos podemos asignar fácilmente ya que ese punto somos nosotros mismos, aunque se concibe como un espacio virtual en el que se supone que están los reyes. Otro espacio importantísimo en el cuadro es el delimitado por la luz dorada qe se aprecia en las figuras de la infanta, las meninas, la enana y el perro.

En el siglo XVII, el engaño de los sentidos, la duda, las apariencias, son temas existentes en el ambiente de la época. Descartes refleja en su filosofía ideas que también expresan los escritores y pintores del Barroco, como el engaño de los sentidos, la supuesta hipótesis de que exista un genio maligno que nos haga equivocarnos en nuestros propios pensamientos e incluso poder soñar lo que creemos estar viviendo y confundir sueño y realidad. En realidad, toda la filosofía de Descartes se basa en la duda.


En el terreno cultural de su época se produce lo que actualmente conocemos como movimiento científico o Revolución científica del Renacimiento, en la que sobresalen Copérnico y Galileo, la cual influirá en el camino que la filosofía seguira en el siglo XVII.

El triunfo de la nueva ciencia acaba con la concepción aristotélica del universo y sus grandes certezas (la Tierra es el centro del universo y todo gira en torno a ella). Además, el mundo ya no se interpreta como un organismo vivo, sino como una gran máquina en la que el hombre ha perdido su lugar. Algo que también ocurre en el cuadro de las meninas, en las que Velásquez intercambia los dos papeles fundamentales de la obra, obra en sí y espectador. Este cambio se refelja en la manera en que la obra pasa a ocupar el papel del espectador de manera explícita, contemplando así al espectador, pasando el espectador a ser el contemplado, expresando así el cambio anteriormente citado.

Jesús San Andrés (2º de Bachillerato)

1 comentarios:

valeria. | 1 de abril de 2013, 1:05

Hola muchas gracias, esto ha salvado mi vida, esta buenísimo, se agradece mil !!!!

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