Plan Bolonia: ¿Qué es y cómo nos afecta?


El Plan Bolonia es básicamente una iniciativa compartida y nacida de la Unión Europea para facilitar la integración y el libre tránsito de los ciudadanos de los diferentes países miembros. En tal sentido, se pretende que los estudiantes puedan estudiar su carrera en cualquier país europeo a través de un marco educativo común, aprendiendo diferentes idiomas y relacionándose con personas de distintas culturas...
Además, se persigue que las notas no dependan de unos pocos exámenes en los que se jueguen el todo o nada, sino que su evaluación se determine por el trabajo que desarrollen durante todo el curso, pudiendo escoger entre una gran variedad de títulos que respondan a sus aspiraciones personales y profesionales, en vez de hacerlo entre un catálogo cerrado de titulaciones más o menos genéricas y con contenidos variopintos de un Estado a otro.

Finalmente, cabría agregar las ventajas obvias que supondrán el ofrecer una oportunidad única de abrirse camino en el mercado laboral desde la propia Universidad, haciendo prácticas de su especialidad en prestigiosas empresas del sector, sin necesidad de privilegios ni recomendaciones, y con una certificación de calidad europea.

¿Qué tiene de bueno?
Las ventajas de este sistema, cuyo acuerdo se remonta a junio de 1999, son múltiples: en primer lugar, se equipara el valor de los títulos universitarios en toda Europa, lo que facilita, tanto a la hora de estudiar como a la de trabajar, la circulación de estudiantes, docentes y profesionales ya graduados por todo el continente. En segundo lugar, se garantiza una mejora de la calidad en la enseñanza superior, ya que las calificaciones están basadas en la evaluación continua y no tanto en exámenes finales puntuales. Por último, se incrementan las competencias que adquiere el estudiante a través de la obtención de titulaciones altamente especializadas que deben facilitarle un cómodo acceso al mercado laboral.

¿Qué tiene de malo?

Si bien el acuerdo data ya de 1999, fruto principalmente de una gran desinformación, por un lado, y un mal manejo informativo por parte de las autoridades por el otro, se han levantado voces de protesta en cuanto a los efectos “negativos” del Plan para el alumnado:
- Bolonia supone la mercantilización de la educación porque deja la universidad en manos de las empresas

Uno de los mitos más recurrentes es que éste sólo se adapta a la demanda laboral y a las necesidades de las empresas, en cuyas manos “quedaría” la financiación de las universidades. Sin embargo, Bolonia busca ofrecer una formación más útil para el ejercicio profesional.

Lo cierto es que el Plan no establece nuevas directrices en cuanto a la financiación de las universidades públicas y deja en manos de los propios Estados miembros –en el caso de España, será competencia del Ministerio de Ciencia e Innovación– seguir financiando la I+D nacional.
- La reforma entrañará la eliminación de una serie de licenciaturas que no resultan “rentables”.

Otra de las creencias más extendidas respecto al Proceso de Bolonia es que todas aquellas titulaciones que no estén orientadas al mercado laboral –tradicionalmente las carreras de Letras Puras, como las filologías y humanidades– desaparecerán. Sin embargo, esa afirmación no resulta del todo correcta porque el objetivo de Bolonia es, por una parte, profesionalizar aún más ciertas titulaciones a través de la especialización y, por otra, optimizar recursos. La idea es, en todo caso, que si en un mismo espacio geográfico coinciden varias universidades con la misma titulación –título, por otra parte, no muy demandado por los estudiantes–, reducir esta oferta de cara a evitar los gastos que esta requiere y destinar esos recursos a titulaciones menos generalistas y más especializadas.
- A partir de ahora, se devalúan las licenciaturas y será obligatorio disponer de un master para tener una titulación competitiva.

Muchos estudiantes consideran erróneamente que el grado –los primeros cuatro años de formación, de carácter generalista– no será homologable a la actual licenciatura, por lo que se verán obligados a estudiar un master para que su titulación siga siendo competitiva. No obstante, el grado va a ser equiparable a la actual licenciatura y como ejemplo se recuerda que, a partir de Bolonia, se podrá presentar una candidatura a una oposición con un título de graduado. El objetivo de los master es ofrecer una mejor formación a aquellas titulaciones especializadas que requerían más esfuerzo.

- Con Bolonia, al requerir mayor entrega a los estudiantes, sólo podrán estudiar aquellos que no precisen trabajar para mantenerse.

Una afirmación que preocupa especialmente es que con Bolonia –debido a las nuevas exigencias que requiere la obtención de un título, mayor dedicación y un trabajo más constante en vez de jugarse el curso en un examen final– “sólo podrán estudiar aquellas personas que no precisen compaginar estudios y trabajo para subsistir”. Esta cuestión es, según los expertos, rotundamente falsa ya que, gracias a Bolonia, se reconoce “por primera vez” el establecimiento de “itinerarios a tiempo completo” –para aquellos estudiantes que van a dedicar todas sus energías a la obtención de una titulación– y “a tiempo parcial, permitiendo que aquellos que tengan que trabajar puedan organizarse en función de sus necesidades".

Enlaces de interés:

http://enlacesdeldia.hagoclic.com/
http://www.queesbolonia.es/
http://www.educacion.es/boloniaeees/inicio.html


Rebecca E. Domínguez Urrutia (2º de la ESO).

1 comentarios:

paloma salas cobos | 28 de septiembre de 2010, 21:54

Rodrigo ¿sigues al pie del cañon en este blog? ¿como podria ponerme en contacto contigo? Me gustaria contarte algo sobre la carrera.

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