La chaqueta metálica y el condicionamiento operante


Cuando acudes a un libro de psicología a buscar qué es el condicionamiento instrumental u operante encuentras que se refiere al comportamiento voluntario, que una conducta instrumental es aquella que nos sirve para lograr determinadas consecuencias y que muchos de los hechos que forman parte de nosotros dependen de nuestra conducta. Es el aprendizaje en el que una respuesta voluntaria se refuerza o debilita, según sus consecuencias sean positivas o negativas.

Sin necesidad de seguir hojeando un libro de psicología podemos seguir reflexionando a nivel menos científico sobre el condicionamiento operante y sus elementos, conformados por refuerzos positivos y negativos, castigos, entrenamiento por omisión y extinción… A nivel personal todos podríamos, bajo distintos puntos de vista, opinar y acercarnos al significado de estos elementos. Elementos fundamentales para el progreso de un aprendizaje. La vida es al fin y al cabo eso, un continuo aprendizaje.

Un refuerzo positivo es aquella respuesta que produce un acontecimiento agradable. Un refuerzo negativo es una respuesta que impide que tenga lugar un estímulo indeseable. Un castigo produce que la respuesta de una persona genere un estímulo indeseado. Un entrenamiento por omisión significa que la respuesta interrumpe o impide un estímulo agradable y llamamos extinción a aquella respuesta aprendida que si no se refuerza gradualmente deja de realizarse. Y es desde ese punto de vista, desde el punto de vista de la psicología, desde el que vamos a analizar qué tipo de aprendizaje se aplica a un ejército. Y para ello vamos a coger de referente la película “La chaqueta metálica” del director Stanley Kubrick

Hoy en día recibimos poca información sobre la actividad cotidiana de nuestro ejército, acaso alguna noticia sobre ayuda humanitaria o misiones de pacificación en países azotados por el terrorismo. Sin embargo La chaqueta metálica refleja al detalle la cruda realidad que comienza desde el primer día en que un soldado empieza a ser entrenado para lo que luego vendrá. Queremos pensar, o quiero pensar, que el entrenamiento al que es sometido un ejército está enfocado no sólo para la guerra, que no son sólo entrenados para el día de mañana tener la valentía de ponerse al frente del país y defenderlo a capa y espada o, mejor dicho, a tanque y fusil. Quiero creer que de ese entrenamiento salen hombres y mujeres conscientes de lo que son, de quiénes son y de por qué quieren estar ahí. Y cuando quiero creer eso enciendo la televisión y dejo que la película llegue hasta el fin de la primera parte. Veo que es un entrenamiento, veo lo que hasta ahora ninguna televisión ha emitido y me doy cuenta de que a veces hace falta ver para creer. Que hasta el momento estaba creyendo sin fundamento. Puedo enfocar mi juicio sobre esta película desde los ojos de la inocencia y no tal vez desde los ojos historiados que requerirían un comentario acerca de esta película. Tal vez, por mi edad, he visto la película basándome más en la frialdad del guión, en la brutalidad de las imágenes, en esa finalidad de los actos de los reclutas, en general la crudeza que contiene la historia de esta película. Una historia que no es mas que-si se me permite- la puñetera realidad de lo que fue la guerra de Vietnam.

Desde que da comienzo la película en el minuto uno hasta que acaba es imposible la expectación indiferente. La historia está dividida en dos partes; la primera recoge el entrenamiento, en la que la escena más brutal que se graba en la retina es el suicidio del recluta patoso, personaje que sufre un enloquecimiento progresivo fruto del desprecio y la fijación obsesiva por su progreso. De la segunda parte, formada ya por la guerra, me quedo con la facilidad o, mejor dicho, entrenada frialdad que invade a los soldados cada vez que un compañero cae derribado. La guerra continúa y un compañero caído ya es un escombro más, tal como los que van dejando ellos tras arrasar por donde quiera que pisen. Al fin y al cabo son entrenados para eso. Llegados a este punto, quisiera analizar cómo y por qué son así enseñados. Qué aprendizaje genera esa conducta.


El entrenamiento al que son sometidos el primer fin que busca es la despersonalización del individuo. Es más fácil enderezar un panda de cosas iguales que enfrentarse a que cada cosa tenga que ser enderezada de diferente manera. Lo primero a lo que son sometidos es a una indumentaria igual, un corte de pelo exactamente igual, unos apodos que nada tienen que ver con su nombre verdadero y hasta están incluso bajo un mismo vocabulario del cual la palabra “señor” ha de ser la primera aprendida. Lo primero que necesitas para encajar es no pensar, vaciar el cerebro y almacenar en el lo que en todo el tiempo de entrenamiento te enseñen, porque tener la cabeza llena únicamente de eso es lo que te hará el día de mañana mantenerte en pie en batalla.

¿Qué pretenden sino borrarte la personalidad para que el día de mañana la brutalidad con la que has de actuar no te bloquee?

Disfrazan la ética de las personas. Aunque en realidad no sé si lo que hacen es disfrazarla o enterrarla en arenas de sometimiento. Pero ahora bien, el problema creo tenerlo yo, porque yo sí que estoy entrenada para plantearme la realidad que tengo en frente. Y se me acaba de plantear una duda… ¿es tan brutal esa preparación o es la necesaria para que un país esté a salvo?


Paloma Salas (2º de Bachillerato)

El Centro Psicoanalítico de Madrid ha realizado un interesante análisis de la película.

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