Platón y la virtualidad
¿Qué es la Verdad? ¿Qué podríamos considerar Verdadero? ¿Es tu vida de Verdad? ¿Son Verdaderas cada una de las relaciones que tienes? ¿Es Verdadero tu amor? ¿Es tu odio Verdadero? ¿Son Verdaderas tus ideas, tus sueños, tus deseos más profundos? ¿Son de Verdad?Piénsalo, aunque sólo sea un segundo...
Verdad, según un diccionario chuchurrío de primaria que tengo en casa, queda definida como ¨lo que ES¨ o ¨lo que pasa en la realidad¨. Ciertamente, y nunca mejor dicho, no es una de las mejores definiciones que podríamos encontrar, es más, seguro que hasta en la frikipedia encontraríamos una mejor definición o por lo menos, más divertida. Sin embargo, ha conseguido llamar mi atención, que no es poco.
Cuando somos niños vivimos en nuestra propia realidad. Cada cual hereda la suya, mejor o peor lograda dependiendo del tipo de traumas que nuestros padres, el ambiente, los hermanos o el capullo de turno que al llegar el primer día de clase al cole nos pega un ¨bocao¨en la ceja (no me preguntes cómo, ni porqué), nos hayan proporcionado. Esa es nuestra realidad, de ella obtenemos los conceptos y las enseñanzas sobre lo que está bien o está mal, sobre lo que debemos o no debemos hacer, sobre cómo debemos o no debemos ser. Aquí podríamos meter a nuestro querido Platón, el cual negaría esta teoría, afirmando con autoridad y elegancia, que nada de lo que conocemos nos es enseñado, sino como mucho se nos es ayudado a recordar; como bien explica en la teoría de la Reminiscencia, en la cual constata que conocer no es otra cosa que recordar. El alma humana ha contemplado con anterioridad las ideas (eidos: esencia de las cosas) y aunque las haya olvidado al unirse al cuerpo, puede recordarlas al contemplar las cosas sensibles o físicas. Por lo tanto el conocimiento no es sino una reminiscencia, es decir, un recuerdo de lo que ya está en el alma. Y claro después de esto ¿qué le respondes a Platón?...te ha matao.
Mientras estaba viendo Matrix en casita con papel y Pilot en mano, algo me llamó mucho la atención. Neo, en la primera parte de la película, me recordó de forma muy clara al proceso que sufre (no podía haber elegido mejor verbo) el ser humano en el paso de la niñez a la adolescencia y de la propia adolescencia, a la edad adulta. Neo en una etapa anterior a su búsqueda de Matrix, vive en una realidad ¨precocinada¨, se la han puesto sobre la mesa y se la tiene que tragar sin más. Está en una etapa infantil, es todavía un niño, se lo dan todo hecho. Sin embargo, el Neo al principio de Matrix es un Neo adolescente, desengañado, se ha dado cuenta de que en el mundo en el que vive hay algo que no encaja, algo falla. Es entonces cuando aparece en escena Morfeo, el cual le propone una elección, tiene dos opciones: primera, continuar en su realidad (con minúscula), puesta ante sus ojos para ocultarle la Verdad, o séase, continuar en el mundo sensible. O segunda, permitir que él le muestre la Verdad, lo que ES, lo que pasa en la Realidad (con mayúscula). Algo que caracteriza a Neo y lo diferencia del resto de adolescentes es que una vez que Morfeo le plantea el dilema, elige buscar la Verdad, elección que la mayoría de adolescentes prefiere posponer a toda costa, no les/nos culpo. En este momento es cuando podríamos meter de nuevo a Platón y a su Dualismo Ontológico. En Matrix queda claramente reflejado el mundo sensible, la pura apariencia, en la simulación interactiva del mundo real, Matrix. Y el mundo de las ideas estaría identificado con el mundo REAL, aquel escondido, oculto para todos aquellos que no buscan la Verdad.
Neo, valiente e inconscientemente, toma la pastilla roja y despierta, decide dejar de mirar las sombras que proyecta la ¨luz¨ en la ¨pared de la cueva¨, y se atreve a mirar al ¨exterior¨ (alegoría de la caverna). Al principio, le duelen los ojos y está agarrotado muscularmente debido a su reclutamiento involuntario en la ¨caverna¨, su prisión; pero poco a poco es rehabilitado. Este Neo adolescente, ayudado por Morfeo, comienza a conocer el mundo REAL, la Realidad Verdadera, la Realidad que ES. Se da cuenta de que Matrix y sus creencias anteriores eran falacias, un engaño utilizado para mantenerle bajo control, para esclavizarle. Se asusta, no acepta la Realidad y prefiere el sueño, la mentira. Morfeo entonces le explica que él es el elegido para destruir Matrix. (De vez en cuando, a lo largo de nuestra vida, nos encontramos con pequeños y pequeñas ¨Morfeos¨ que nos ayudan a darnos cuenta de que somos nosotros mismos los elegidos y los únicos capaces de abandonar la mentira de nuestra vida y despertar al mundo REAL.) En este momento, cuando Neo acepta la responsabilidad de destruir Matrix, de vivir su vida REAL, comienza su trasformación hacia la madurez, hacia el Neo adulto, el que prefiere la Verdad, por dura que sea. Finalmente Neo se convierte en conocedor de la Realidad, pasa a la siguiente etapa, alcanza la edad adulta, la madurez; decide dar a conocer la Verdad al resto, aquellos que aún siguen soñando.
Inés (2º de Bachillerato)
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