Situación y conducta

Situación y conducta

Una situación. Una conducta. Situaciones que crean conductas. Ninguna de las dos palabras que abren esta entrada pueden ir, a mi parecer, separadas. Las situaciones crean conductas y las conductas son la forma de adaptación a un entorno. Cada entorno exige un perfil determinado de persona y no todas las personas damos el perfil. Estamos sujetas a las exigencias de un guión marcado por la sociedad, si no, no vales, no sirves. En este “no valer”, “no servir” surge el concepto de rol adquirido, concepto que podría definir como: personalidad sujeta a unas características determinadas para desempeñar ese papel que se pretende. Un rol consiste en llevar a cabo un papel dentro de una situación creada. Por lo que en este desarrollo la personalidad “exigida” se superpone a la propia personalidad. Esto puede llevar a la persona a sobrepasarse en sus expectativas, bien no llegando a la altura bien excediéndose en su papel.

Considero que toda persona cumple al menos una vez en su vida un rol.  Creo que todos hemos cumplido alguno en nuestra vida. Hablando por experiencia, puedo poner como ejemplo lo que nos supone hoy en día a los jóvenes el tener que empezar “una nueva etapa”, el tener que empezar un nuevo colegio, la universidad o simplemente el querer cambiar de aires. Cuando algo nuevo empieza para ti, sueles crearte un rol por mínimo que éste sea, y por poco tiempo que éste dure. Quien no ha volado con la mente imaginándose “en” o “con”. ¿Y a quién le han brindado alguna vez la posibilidad de hacerlo? Los roles se buscan, se crean, y se llevan a cabo por miedo, por miedo a no estar a la altura o bien también por exigencias, porque te den la oportunidad de jugar con una personalidad. Y es aquí donde está el problema, que un rol es un juego y como todo juego a veces no se puede abandonar tan fácilmente la partida, te enganchas a él como si del juego mas divertido de tu visa se tratase, y acabas ludópata, fuera de ti.

El experimento es una película que recoge este argumento: ¿los roles hacen a la personas? ¿Las personas son las que han sido siempre? ¿Hasta qué límite llega una persona cuando tiene el poder? ¿Hasta qué punto un “poder” otorgado se puede controlar?

Arriba, una instantánea tomada en la ficticia cárcel de Stanford. Abajo, una de las perturbadoras imágenes de la prisión de Abu Ghraib (Irak).

Esta película está basada en un experimento que se llevó a cabo en la universidad de Standford y tuvo que ser abortado dado el extremo al que llevaron los sujetos experimentados. Con la pretensión de dar respuesta a si existen personas buenas y malas o son las situaciones las que crean estos perfiles, Philip Zimbardo llevó a cabo este experimento recreando una cárcel, con veinte sujetos, asignó a ocho de ellos el papel de guardianes y a los doce restantes el rol de presos. Los guardianes eran inferiores en número pero inmensamente superiores en posesión de poder. Esa posesión de poder, no experimentada en la vida real, llevó a este grupo de personas (estudiadas previamente en salud tanto física como mental) a desarrollar una extrema violencia a lo largo del desarrollo del experimento, donde es uno de ellos, el que los lidera. Precisamente este líder es uno de los guardianes que en los primeros días no se hacia notar, y es este quien mas crueldad presenta en su personalidad.

Es curioso ver cómo : con un conocimiento de que tenían el poder de desarrollar su papel a su manera (dentro de un mínimo de normas) y un líder a la cabeza (el sujeto más retorcido y cruel), los guardianes exceptuando a uno de ellos, llevan al extremo su rol a lo largo de los días. Este experimento muestra a través de roles cómo las personas nos embriagamos de “poder”, cómo el descontrol nos inunda cuando de un rasgo de la personalidad o un papel adquirido se trata.

No somos lo que somos independientemente de donde nos encontramos, somos lo que somos en dependencia del lugar donde nos toque estar.

A mi parecer las situaciones crean a las personas. Y las conductas no son más que un mero saber estar acorde con la situación.

Paloma Salas (2º de Bachillerato)